Culture

«Las flores de Yves Saint Laurent» siguen perfumando París

“Les Fleurs d’Yves Saint Laurent” (Las flores de Yves Saint Laurent) continuará abierta hasta el 4 de mayo en el Museo Yves Saint Laurent París. Esta exposición, concebida por los comisarios Olivier Saillard y Gaël Mamine, da continuidad a un primer capítulo presentado en el Museo Yves Saint Laurent Marrakech del 2 de marzo de 2024 al 5 de enero de 2025. Por primera vez, ambos museos se han asociado para una programación conjunta en torno a esta temática mayor en la obra del modisto.

Maniquíes en el Museo Yves Saint Laurent de París
La exposición estará abierta hasta el 4 de mayo de 2025. Foto Ignacio Alen

Con su compañero Pierre Bergé, Yves Saint Laurent vivía cotidianamente rodeado de flores y jardines — en sus apartamentos, sus residencias secundarias o su casa de alta costura. Amante de la flora, encontraba en ella una fuente de inspiración infinita.

La influencia de Marcel Proust

Esta admiración por la naturaleza, Yves Saint Laurent la comparte con numerosos artistas y escritores, muy particularmente con Marcel Proust, uno de sus autores favoritos como declara en L’Egoïste en 1987: “El trigo trae suerte. Los lirios, mi flor favorita. Una Venus de bronce, símbolo de mi oficio y pasión por los bronces. En busca del tiempo perdido de Proust Desde los 15 años no dejo de releer esta obra inigualable”.

Maniquíes en el Museo Yves Saint Laurent de París
En todo su esplendor, se divisan las flores en gazar de seda más reales que la naturaleza misma del vestido de novia veraniego encarnado por Laetitia Casta en 1999. Foto Ignacio Alen

El universo del escritor se refleja tanto en los interiores del modisto como en sus desfiles. Mientras el primero se complace en describir a las mujeres como flores, el segundo las cubre con ellas para rendirles homenaje. Presentadas en la exposición, una treintena de siluetas textiles y dibujos ponen de relieve esta simbiosis entre la obra de Yves Saint Laurent, la naturaleza y la literatura.

Como en un libro, cada capítulo permite leer y ver las citas de Proust frente a las siluetas florales de Yves Saint Laurent; accesorios y dibujos del creador se presentan sobre atriles. Como un jardín, las flores se despliegan y nos cuentan la personalidad y los gustos del creador: desde el muguete fetiche de Christian Dior, al lirio anagrama de sus iniciales pasando por las rosas del amor, las buganvillas de Marruecos o el trigo de la buena suerte.

Maniquíes en el Museo Yves Saint Laurent de París
Una treintena de siluetas textiles y dibujos ponen de relieve esta simbiosis entre la obra de Yves Saint Laurent, la naturaleza y la literatura. Foto Ignacio Alen

A lo largo de la exposición, el visitante descubre las piezas icónicas y los saberes técnicos a los que recurrió Yves Saint Laurent para dar vida a sus creaciones florales: aquí, los primeros bordados aplicados del vestido primavera-verano de 1962, allá la virtuosidad de los estampados en la colección primavera-verano de 2001, referencia inolvidable a los cuadros de Pierre Bonnard. En todo su esplendor, se divisan las flores en gazar de seda más reales que la naturaleza misma del vestido de novia veraniego encarnado por Laetitia Casta en 1999, silueta inolvidable de Yves Saint Laurent.

Maniquíes en el Museo Yves Saint Laurent de París
omo un jardín, las flores se despliegan y nos cuentan la personalidad y los gustos del creador. Foto Ignacio Alen

Este diálogo natural entre las artes y las épocas se prolonga con el artista estadounidense Sam Falls cuyas obras puntúan la exposición. Recorriendo el mundo, recolecta plantas y conserva la memoria de esos paisajes florales mediante una impresión directa de los pigmentos sobre la tela. Los motivos y los colores de esa naturaleza recreada entran en armonía con los presentados en las piezas de alta costura. En las prendas de Yves Saint Laurent como en los lienzos de Sam Falls, las flores trascienden el tiempo y permanecen eternas.